Irónicamente

A mí me gustó no haberlo visto,
no haber podido disfrutar sus gestos,
sus reacciones.
No saber si ríe o se vuelve taciturno.
Me gustó mucho no saber el impacto
que produce el eco de mi voz.
No saber si me presta atención
o lo distraen las moscas.
Me gustó mucho que el precio a pagar
por escucharme sea tan alto
como para rehusarse a darme su imagen.
Me encanta que esa foto inanimada
siga siendo la mayor expresión
que conozco de su rostro.

Qué irónico que yo, que desprecio las imágenes
hoy esté negociando conocer sus movimientos,
hoy esté ilusionada con saber
hasta dónde puede llegar su mirada.
Y el holograma se mantiene todo escrito.
Pero lo más irónico es,
que aunque nunca vi su cara,
más me gustó el día
en que se sacó la máscara
y me mostró el alma.

Emilia Prats.